Arquideco: Volver al Inicio
La familia Quiroz había alcanzado gran éxito con la fabricación de cajas para embalaje de erizos. Pero luego de un traspié, su situación cambió, llevándolos a problemas financieros. Gracias al programa Renace de Bci, pudo retomar sus actividades en el rubro de las obras civiles.
Los Quiroz conocieron Renace en 2006 y la evolución de su negocio ha sido desde entonces positiva. Una vez que lograron limpiar sus antecedentes comerciales, se abrieron al mercado, postulando a diversas propuestas correctamente ejecutadas, en un rubro en el que ellos poseen gran experiencia.
Rolama: Por Sobre las Dificultades
Una grave enfermedad fue lo que afectó financieramente hablando a los propietarios de Rolama. Esta empresa arrendaba equipos para elaborar todo tipo de material audiovisual, fílmico (spot de TV, entre otros). Los problemas de salud de la esposa del dueño, hicieron que se generaran importantes pérdidas de recursos, causando su desbancarización y la salida del sistema.
Con Renace Rolama pudo reflotar. Actualmente, posee oficinas en una casa de dos plantas con estacionamientos, donde tiene los equipos y otorgar servicio de reparación de los mismos.
Rayún Impresiones: Tocados por la varita del éxito
“En Bci me brindaron financiamiento, asesoría legal y además me recomendaron ampliar mi oferta y diversificar mi cartera de clientes”, comenta René Garretón, propietario de la empresa Rayún.
Sus dificultades se debieron al fracaso de un cliente importante, lo que mermó su situación financiera. Bci fue el único banco que les brindó apoyo, les hablaron de Renace y con este programa pudieron revivir el éxito de antaño.
Rayún Impresiones continuó con el trabajo de imágenes sobre papel y cartón, láminas, afiches y sobretodo libretas de ahorro de uso bancario, siendo los proveedores oficiales de importantes instituciones financieras de la plaza.
Publicaciones en la Prensa
Diario Estrategia, 14 de Junio 2007
Revista Gestión Veterinaria, 05 de Octubre 2007
Las opciones para volver a emprender en Chile
Se estima que en promedio, un emprendedor logra ser exitoso tras dos intentos fallidos. Pero después de un fracaso empresarial se suelen cerrar todas las puertas de bancos e instituciones financieras. Conozca las posibilidades que hay en el mercado para volver a comenzar.
Los emprendedores que trabajan “a pulso” y a sentimiento, por muy buenos que sean sus productos o servicios, muchas veces sufren un traspié que deriva en dificultades financieras: problemas de morosidades, sobregiros, baja en las ventas, entre otras. También es un indicador de crisis, si la empresa pierde a un cliente importante, porque las Pymes por lo general trabajan con dos ó tres grandes clientes; entonces, si no se toman acciones inmediatas para suplir a ese “buen” cliente, el peligro es inminente.
Pesquisar el momento preciso en el que una empresa está en situación de riesgo es fundamental para evitar una quiebra, así como recibir tanto asesoría experta para continuar con el negocio, como el apoyo financiero en caso de enfrentarse a este escenario.
Según estudios, en la mayoría de los casos de quiebra o crisis por problemas financieros, los bancos ejecutan las deudas (53%) y sólo el 5% recibe un financiamiento complementario para una nueva inversión.
De acuerdo a estas cifras, el re-emprendimiento en Chile no es nada fácil. Cuando una empresa presenta problemas financieros, de inmediato acumula números rojos en el boletín comercial, lo que marca una “mala hoja de vida”. Con estos antecedentes, bancos e instituciones financieras cierran las puertas al empresario que quiere resurgir y que necesita una inyección de capital.
Sin embargo, hay luz al final del camino. En Chile hoy existe un banco que ha optado por comprometerse con el emprendedor que busca renacer: Bci con su programa Renace.
Renace es un programa que forma parte de la acciones de responsabilidad social de la entidad, único en su tipo en Chile y en Latinoamérica, busca que el emprendedor que ha fracasado pueda resurgir y volver a ser el empresario que fue. Este banco apoya a sus clientes y ex clientes dándoles la oportunidad de volver a bancarizarlos, es decir les da una segunda oportunidad para entrar al sistema financiero formal.
Emprendimiento Veterinario
El empresario Richard San Martín, de 37 años, hoy dueño de Smart Alimentos (calle Maximiliano Ibáñez 1330, Quinta Normal. T: 4575021 / www.smartalimentos.cl) que expende y distribuye comida para mascotas, y de un criadero de perros de la raza Cane Corso (www.canecorso.cl), ha trabajado casi toda su vida de forma independiente, tanto en Chile como en el extranjero.
Siendo un adolescente y viviendo junto a sus padres en el extranjero fuera del país, siendo un adolescente estableció un negocio de artículos asiáticos de bajo costo: prendas de vestir, lentes y otros accesorios. Tras regresar a Chile en el año 1992, se desempeñó en diferentes oficios, entre ellos el de soldador.
San Martín cuenta que estuvo siete años haciendo “pitutos”, hasta que en 1999 lo invitaron a formar parte del equipo de venta de una compañía distribuidora de alimentos para mascotas, donde trabajó “apatronado” tan solo un mes. Al ver que este negocio era rentable y una industria de creciente expansión en Chile, se decidió a independizarse.
“Mis familiares de Suecia me prestaron $500 mil y con ese dinero en efectivo compré varios sacos de alimentos para mascotas, los que vendí durante el mismo día a los feriantes. A la siguiente jornada, hice lo mismo, compraba y vendía, y así me mantuve durante cuatro meses. Como me fue tan bien, en el año 2000 decidí crear mi propia empresa familiar, pues necesitaba tener un giro formal para poder emitir facturas y así vender a nuevos clientes: almacenes, pet shop, clínicas veterinarias y empresas privadas de seguridad”, relata Richard San Martín.
En el período 2000-2001, la rentabilidad de su negocio le permitió comprar un amplio terreno en Quinta Normal para instalar su oficina y bodegas, y agregar a su único furgón repartidor una flota de transportes que consistió en un par de camionetas y un pequeño camión, vehículos utilitarios que actualmente apoyan la distribución gratuita de sus productos a todas las comunas del Gran Santiago.
Pero esa prosperidad repentinamente se terminó, a raíz de un hecho fortuito. “Ocurrió hace tres años, fue una situación compleja, la más difícil de todas. Con mi familia estábamos disfrutando de las vacaciones de verano, y cuando llegamos a la Quinta Normal (su empresa y su casa comparten el mismo terreno) vimos las bodegas prácticamente vacías. Por esa época estábamos vendiendo $100 millones al mes, nos iba muy bien… y, de repente, nos quedamos sin productos. El personal de ese entonces nos robó unos $30 millones en mercadería, y no logramos recuperar nada… de ahí en adelante fue todo muy complejo para seguir funcionando, hasta que llegó el préstamo del Bci que nos ayudó rápidamente a recuperarnos”, subraya el empresario.
El banco cuenta con atención especializada para apoyar el re-emprendimiento. “El Programa Renace es una oportunidad que Bci está dando a las Pymes para re-emprender, con herramientas de gestión y financiamiento, apoyando sobre todo a aquellos empresarios que no tienen acceso a los bancos, y que son o fueron sus clientes”, explica Susan Jarufe, subgerente de Renace.
Agrega la ejecutiva: “Como banco, cuando vemos que un cliente está ajustado en su flujo, que tiene una disminución de ventas lo primero que hacemos es darle un financiamiento, reprogramarle su deuda con una estructura más liviana y flexible, que les permita a ellos pagar sin ningún problema y que les ayude a mejorar su liquidez. Lo segundo es entregarle orientación de mercado y otra específica del quehacer de su negocio”.
“Mi empresa tenía sobregiros y varios protestos. Al repactar unas deudas con el Bci y al limpiar los informes comerciales, mi ejecutivo de la Banca Empresarios me derivó al Programa Renace, donde presenté mi proyecto y me prestaron apoyo financiero (un préstamo de $10 millones) y asesoría integral, todo de manera muy expedita. La verdad es que esta ayuda llegó en el momento en que más lo necesitaba”, confiesa Richard San Martín con evidente alegría y agradecimiento.
La evaluación de Susan Jarufe es positiva: “Tenemos clientes muy fidelizados con el Banco, muy agradecidos. Lo más difícil para una persona que está con antecedentes bancarios negativos es que vuelvan a creer en ella. Nosotros lo hemos hecho abriendo una puerta. Por eso, estén donde estén, dicen que gracias a Bci pudieron salir adelante. El que te digan que pudieron darle un mejor vivir a su familia gracias a Renace y al Banco, es muy satisfactorio”.
Antes de conseguir el respaldo de Bci, el empresario fue a otros bancos donde también era cliente, sin encontrar apoyo. “Me quedé en Bci pues me sentí y me siento apoyado. Además, la atención es muy buena, personalizada, siempre estamos en contacto con mi ejecutivo. Están pendientes de mis avances y dispuestos a ayudarme a crecer, confían en mí”, dice el empresario.
“Nuestros ejecutivos ayudan a los emprendedores a crecer y ser competitivos, para que no vuelvan a las condiciones anteriores. Esta vez esos clientes van a tener más espaldas para ser fuertes en el mercado”, reconoce la subgerente de Renace.
Jarufe agrega que “los ejecutivos hacen un seguimiento y un apoyo riguroso del cliente para que vaya por el camino correcto. Y eso rige para todos los profesionales de Bci que tengan un cliente de Renace”.
Proyecciones de Smart Alimentos
Con el capital que Richard San Martín inyectó a su empresa hace dos meses, su negocio está funcionando bastante bien. El préstamo conseguido lo invirtió completamente en la compra de productos. Con ellos pudo abastecer satisfactoriamente a sus 500 clientes, de los cuales 300 son particulares, “un nicho fuerte que tenemos hoy en día”, reconoce el comerciante.
Por estos días el empresario viajará a Brasil por negocios, pues espera importar una marca de alimentos para perros y gatos, que es de excelente calidad, y que no se vende en Chile, por lo mismo, Smart Alimentos sería su importador directo y distribuidor exclusivo.
A su llegada, presentará un nuevo proyecto de negocios al Programa Renace para que lo apoyen en la importación. “Agradezco la confianza del Banco. En mi caso, ahora yo les tengo que responder, porque tal vez no habrá una tercera oportunidad... aunque confío en Dios y sé que de todos modos, saldré de esto igual”, reflexiona este esforzado empresario, padre de tres hijos de 12, 11 y 3 tres años, que trabaja la empresa junto con su esposa, su cuñado, una secretaria y dos trabajadores.
“Sé que hay muchos médicos veterinarios que buscan formar su propia empresa. Humildemente yo les digo que se aventuren, que lo hagan. Si ellos tienen un proyecto en mente, llévenlo a la acción, no teman, avancen… Cuando cuenten su proyecto, habrá personas que les dirán que no lo realicen, que les irá mal, que van a perder plata, que es más seguro su actual trabajo, etcétera. No hay que dejarse llevar por esas voces negativas, hay que emprender y cumplir sus metas, sus sueños. De momento, mi proyección es la importación directa, pero de aquí a cinco años, seguro será otra”, advierte San Martín.
El Programa Renace apoyó en su primer año (2006) a 42 clientes, y a la fecha de la publicación de este reportaje ha respaldado a 90 nuevos re emprendedores.
“A todos los médicos veterinarios que tengan una empresa Pyme funcionando o estén re-emprendiendo y sean o hayan sido clientes Bci, los invitamos a postular a Renace como una alternativa de apoyo en el crecimiento y la competitividad de sus negocios” indica Susan Jarufe.
Para hacerlo, sólo deben acercarse a una sucursal Bci a conversar con un ejecutivo de la Banca Empresarios o también pueden escribir a la casilla [email protected]”, es el mensaje que envía a nuestro gremio la subgerente de Renace, ya que este programa de Responsabilidad Social Empresarial de la entidad financiera , contempla un fondo rotativo de $10 mil millones para repartirlo entre sus clientes, que así como el empresario Richard San Martín, necesitan, primero que todo, fondos para volver a emprender. Y Renace es el único programa de la banca formal que valora y apoya este esfuerzo en Chile.
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